sábado, 24 de abril de 2010

Impreso



Impreso


Entre todos ha de trotar grácil

el piro vengador en las venas

y el beso fluido que vocifera libertad,

luego de untar nuestras mejillas.

Se multiplica los colores

y ha de cambiar las tonalidades

como cometas en el cielo exultante,

cincelan las yagas con su finura

cubriendo la exuberancia.

Y más cubre aquello

cuando el río de tus brazos desborda

el fin del comienzo,

palpando otra vez

sumergida en el lienzo.

Yo doy volteretas con el ritmo de tu cuerpo,

con la oda de tus ojos pálidos

de aquella que no eres dueño

por arar y regar los latidos.

Tu compás, el consuelo,

impreso en nuestras memorias

que va entretejida en el tango,

que hoy nuestros cuerpos,

a puro son se atiborran.

Presentiré el arribo de tu cuello longevo

volando entre mi mundo sideral

porque yo he de recorrer al infinito

proyectando que hoy, estarás conmigo.

Palpita

que hoy divisar es medieval

cuando has de sentir que los años son presto

y que pronto nos abandonará...